domingo, 18 de noviembre de 2012

A caso.



Y mientras soñáis, repitiéndoos y repitiéndoos en sueños “¡No queméis el café! ¡No queméis el café! Que el café es lo único que merece seguir viviendo, aunque realmente nunca viva….”

Fragmento del cerebro de Patt. Ahora bien, que no tenga ningún sentido, no quiere decir que sea inservible, porque digamos, que hace que no escribo desde tiempos inmemoriales y se me quema el café, algo tendré que pensar que me haga sentir que soy especial, ¿verdad? Todos necesitamos sentirnos especiales, por eso hace tanto que no escribo, creo, porque últimamente, me siento especial sin escribir, pero cuidado, que ahora este escribiendo, tampoco tiene que, por defecto, ser porque ya no me sienta especial. Solo quiere decir, que quiero seguir siendo especial escribiendo.

¿Y sobre qué escribo? Voy a leer a Schopenhauer, a ver primero  si me acuerdo de escribir su apellido correctamente, y luego, a ver si me inspira como antaño.

“En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.”

A caso no seamos más que artistas, (que ironía, “más” que artistas) acaso el mundo sea el escenario en el que desplegamos nuestras facultades, a caso, toda nuestra vida sea solo para conseguir una meta que nos viene predeterminada, a caso, nunca lleguemos a conseguirla, o quizá, a caso haya gente que se ha empeñado tanto en conseguir sus metas, con tanta fuerza, que a caso ahora los demás no podamos conseguir las nuestras por pensar que ya todo es como tiene que ser, por aquellos viejos que las consiguieron e hicieron cambiar el mundo hasta que fue tal y como lo conocemos ahora. A caso nuestras metas se vean frustradas por la codicia que crearon aquellos hombres con fuerza de voluntad, y a caso no luchamos tanto, por ver que nunca las lograremos alcanzar.

Pues no. A caso sea todo eso, o acaso no.   

A caso yo no me cansare nunca de esperar ver la bondad del mundo, y a caso, no, seguramente, me siga emocionando cada vez que veo en el ser humano un ápice de la grandeza que nos rodea.

Todo ha cambiado, mi visión pesimista de la raza humana se ha disuelto, y desde aquí, les recomiendo a todos los grandes, a todos mis grandes ídolos, que miren con otros ojos el mundo, que abran sus corazones y que se alejen de esa soledad tan codiciada y tan celosamente conservada, que encuentren el amor, pero el amor de verdad, el amor que brilla en los ojos y te hace de espejo, que te toma de las manos, ese que sientes a dentro, y que con ese brillo, nos miren a todos nosotros y se sientan orgullosos de formar parte de esto, de formar parte del mundo.

Les recomiendo a los grandes poetas que desde el cielo nos hacen escuchar su risa glacial, que la calienten, que se calienten el corazón y dejen de reírse irónicamente al vernos pasar, que se encuentren a sí mismos y lo hagan como humanos, lo hagan como lo haríamos nosotros, como nosotros deberíamos hacer.
Os recomiendo a todos, que sigáis buscando, que nada acaba hasta que está acabado, sé que suena redundante e incluso hilarante, pero si lo recuerdo, no es gratuito, muchas veces dejamos las cosas por pensar que ya se acabo, que no puede ser, que a otra cosa mariposa y me olvido de mi deseo de conseguirlo.

Pues no, amigos míos, no hay nada imposible, nada que no puedas hacer, existen los impasibles y los impasables, pero no los imposibles.

Así que, quítate esa idea de la cabeza, y sigue con ello, hasta el día que te mueras si es preciso, si mueres sin conseguirlo, morirás al menos con fuerza de voluntad y con dignidad, y con un “al menos lo intente” en los labios como último epitafio de despedida, eso es más importante que todo lo demás… Y vuelvo a repetirte, si no lo consigues tú, lo conseguirá tu alma en su próxima vida, siempre y cuando al menos, como poco, mueras intentándolo.