martes, 18 de agosto de 2009

Poeta Malherida.

Yo no sabia que cupiera tanto dolor dentro de una persona.
No sabia que alguien pudiera sentir desfallecer por dolores del corazón.
No me imaginaba que cuando se siente de verdad y se deja que los sentimientos afloren como bellas rosas de verano, después ya no se pueden controlar.
No sabia que una aventura de sentimiento de amor pudiera ser tan difícil y tan brutalmente asesina.
Pero ahora lo se.
Hoy lo siento, hoy todo eso esta en mi.

Llego a mi un soplo de vida, de aire fresco, y me deje llevar.
Después cayó agua tibia a mi piel, me deje rozar y también me fui.
Hoy el viento ha helado el agua, y los dos elementos en conjunto me hieren.
Mi piel esta resentida y dolida, mi sangre se ha vuelto hiel.
Mis poros no respiran, mis ojos ya no ven.
Las extensiones de mi cuerpo se quiebran como ramas de un árbol cansado, viejo y ya roto por el mal tiempo.
Mis labios, paralizados por el caos que se formal a mi derredor, han olvidado besar.
Mis manos ya no saben sentir. También se les olvido acariciar.
Las entrañas que en su tiempo llenaron de vida mi cuerpo, se rasgan y se pierden por alguna abertura que guardaba en mi y que también olvidó sentir.
El placer que me lleno en su día ya me abandonó.
No queda nada de mi cuerpo.
No hay nada que se pueda arreglar ya,
ahora solo vale el tiempo.
Solo vale esperar.

Una poeta malherida que realmente necesitaba escribir.

jueves, 13 de agosto de 2009

Maldito juego impúdico.

Siento que me ahogo entre el humo de los cigarros que no puedo parar de fumar. Encerrada en casa. Todo cerrado. Persianas bajadas para no sentir que fuera de estas cuatro paredes existe vitalidad. Para creerme que todo, fuera y dentro, esta tan oscuro como de oscura me siento yo.
Porque "toda gracia gracia pierde pronto o tarde
que ya accidente o cambio natural la dañan."
Y cuanta verdad existe en los versos de Shakespeare,
en las letras que escribió Neruda,
o en las poesías de Becquer.
Cuanta verdad y cuan subjetiva.
De qué sirve hablar si ya al hablar nada se dice por mucho que se usen las mejores palabras.
De nada sirve ya intentar arreglar nada.
De nada sirve porque quedó todo roto.
O quizá es lo que quisiera pensar yo, para no sentirme tan rota al saber que hay algo alrededor
que sigue entero, que sigue vivo.
Como la oscuridad.
Me duele encender la televisión porque dentro de esa caja también hay personas felices que me hacen darme cuenta de mi dolor y honda tristeza.
Prefiero pensar que el mundo ya acabo.
Prefiero engañarme por un tiempo, aplacar como pueda mi dolor.
Prefiero dormir dieciséis horas para afrontar la realidad solo ocho.
Pero esto no puede durar mucho,
por mucho que yo tenga un mundo roto.

Si una vez te dije que cree un mundo para ti, que te estaba esperando.
Si aquella vez te pregunte de que color querías que fuera la luna para poner aquel mundo mas a tu antojo.
Si recuerdas aquel mundo que durante aquel corto tiempo te espero, piensa, y preguntate como me pregunto yo ¿Qué hará ahora con el?
Romperlo, porque para nadie mas sirve. Cree un mundo para ti, y nunca llegaste a querer habitarlo, como mi corazón. Como mi mundo propio.
Siempre me decías "no me quieras" y yo te respondía, incrédula "¿Cómo?".
Tampoco quisiste entrar en mi corazón deshabitado, y darle vida.
Pero estuviste tan cerca, que hasta mi corazón se ha roto.
Mi corazón, mi mundo, mi mundo para ti.
Todo.
Todo hecho añicos.
¡Imaginate!
Dos mundos enteros destrozados por un maldito juego, juego mortal y asesino.
Juego impúdico.

¿Cómo volver a confiar ahora?
Ahora que me había decidido, después de tanto tiempo, a mostrarme, a no huir.
¿Cómo seguir?
Duele, claro que duele, pero este juego me ha ayudado a crecerme, a ser mas fuerte.
Si que duele, pero con orgullo puedo decir, que esta vez no, no he caído.
Estoy suspendida por el dolor, pero tarde o temprano volveré a tocar el suelo, y no, de verdad que no, esta vez soy mas fuerte.
Esta vez no caeré.

lunes, 3 de agosto de 2009

Retiradas.

Dicen que una retirada a tiempo es el mejor de los premios.
Lo que no sé es como podría retirarme a sabiendas de que puedo ganar tanto.

Si me fui, fue para echarte de menos.