domingo, 30 de mayo de 2010

Musa.

Dulce corazón dorado,
dulce reina de las bellezas,
dolorosa pasión entre mis pesadillas...
Mil veces te he visto yo entre mis oscuros deseos, acercando tus labios a los mios, tus labios... Esos labios tan llenos de sabor en mis sueños, y tan desgraciadamente insulsos en esta realidad, sin ti, vacía...
Te has convertido en mi morfina, tu venenoso recuerdo se ha convertido en mi morfina. Esa maravillosa reminiscencia de todos esos recuerdos no vividos. Todas tus miradas, todas las caricias...
Ese recuerdo de las abejas que todavía no han nacido, desde mis piernas hasta el pecho, y esas punzadas de pasión que jamas he sentido, que jamas me has hecho sentir. Muero de reminiscencia por cada beso de tus labios, me ahogo en la ansiedad de acercarme a ti e imaginar ese calor seco que ha de emanar tu cuerpo...

Muero por ti, y todavía no te he vivido...

Mi corazón envenenado y dolorido, no puede silenciar este sordo grito de tu nombre, incesante en mi mente, lo único que tengo, lo único que oigo, por razón de ser lo único que digo...


Sentimiento nacido de la nada, sentimiento que todo lo abarca...