martes, 30 de junio de 2009

Aqui tienes.

Una poesía no se puede dedicar a nadie intencionadamente. Sale solo, de dentro, no lo puedes elaborar, en mi no. Es lo mas puro que tengo; lo mas puro que sale de mi ser. Pedacitos de mi alma, de mi lado mas claro y mas transparente. Pedacitos de mi yo, con mis poesías toda yo viajo, por eso escribo para la las personas que me leen, para poder viajar.
¿Me entiendes?
Es como el sentimiento. ¿A caso lo puedes controlar? ¿Serías capaz de afirmar, de decir, que el sentimiento es lógico? El sentimiento carece de fundamento alguno, por ser fundamento de todo. Mi sentimiento llega como un veraz criterio, solo siento, el sentimiento no vale la pena pensarlo; por mucho que lo pienses, no lograras cambiarlo. O sientes o no sientes.
¿Me vas entendiendo mejor?
Soy bastante mala con las palabras cuando me cruzo con una mirada por medio. Ay, mi pánico escénico. El alcohol, las primeras gotas del alcohol pueden ayudar a la desinhibición, y al día siguiente puede que te arrepientas de todo lo del día anterior.
Hoy no. No me arrepiento, pero si que he de pedirte perdón.

No debí atreverme a hablar tanto.. Soy una impaciente, perdoname.

¿Me has logrado entender?

lunes, 15 de junio de 2009

Rodeos.

Que qué pienso me preguntas...
Si supieras que con tu presencia has roto todos mis esquemas,
si supieras que me veo capaz de renunciar a toda mi manera de vida actual por ti...

Si te dieras cuenta de todo lo que has creado en mi con tu simple llegada, sabrías porqué a tu lado no soy capaz de pronunciar palabra, siendo una habladora nata...
Porqué no soy capaz de articular palabras completas sin tartamudear si tú te encuentras cerca...
Porqué se me corta la respiración cada vez que me besas...

martes, 2 de junio de 2009

Insultos variados.

Nietzsche, como buen misántropo, no hablaba con demasiadas personas y con el ser con el que mas relación tenia era con su perro Butz. No era de extrañar encontrarlo conversando con él como si este le entendiese, y, de echo, hasta se enfadaba con el.
En esas ocasiones en las que Nietzsche se enfadaba con Butz, este le replicaba, como si fuese el peor insulto que le podía escupir:


-¡Humano!