domingo, 13 de noviembre de 2011

AutoFelicidad: Engañosa pero Agradable.

Llevaba tanto tiempo sintiéndome ajena a mi,
que se me había olvidado que era, que existía, que tenía, que tenía derechos, derechos y obligaciones, pero las obligaciones a una no se le pueden olvidar.. Los derechos si.
Se me había olvidado respirar, literalmente, (no conseguía encontrar el ritmo natural de mi respiración) se me había olvidado escribir otro tipo de cosas que no fueran recados de clientes, se me había olvidado que la lectura puede ser real y no solo "lo que me gustaría que fuera", se me había olvidado que yo también era, que yo también valía, que tenía un mundo, un tiempo, unos placeres, una vida...
Una noche tuve un desdoblamiento astral, y creo que mi alma estaba tan sumamente cansada de este cuerpo que no le dejaba sitio para ser ella misma, que se tomo unas vacaciones bien merecidas.
Pero estoy de vuelta, me siento en mí, en mi sintonía, en mi momento, en mi mundo, he vuelto, he vuelto y no me lo creo.
Se me había olvidado lo que era sentir, sentirse viva.
Se me había olvidado el sentimiento que produce que te estén hablando, y tu escuches atentamente, siguiendo el hilo, sintiendo los sentimientos de la otra persona, sin tener que forzar una sonrisa por no estar entendiendo nada.
Se me había olvidado por completo lo que era sentirme guapa, guapa como persona, como persona renovada, que vuelve con fuerza y con ganas, tocando el violín y leyendo sobre chakras.
Cada poro de mi piel me grita que respiro, que vuelvo a respirar con normalidad,
me gritan que soy parte del universo, que formo parte de todo esto
más que nunca, que las cosas pasan porque tienen que pasar,
que estoy aquí,
no me gritan que soy feliz, pero sí que puede ser muy fácil serlo.

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