miércoles, 8 de julio de 2009

¿El corazón también habla?

"Deja que hable tu corazón. Deja que tus sentimientos fluyan por tus venas y te hagan temblar."

Hace ya tiempo, aprendí a no creer, para no sentir el dolor del engaño.
No sé qué es lo que tienes tú, esa esencia que me faltaba, quizá eso que tan a ciegas buscaba y buscaba, que no puedo no creerte por más que no quiera.
Me has pedido que les de rienda suelta a mis sentimientos, me has pedido que le deje hablar a mi corazón, pero de alguna manera siento que no debería estar escribiendo esto.
Me inspiras tanto, todo es tan mágico (O quizá sea yo, que me lo invento ya por pura necesidad, aunque no lo creo, pues no creo en la casualidad.) ...

Me has ayudado sin querer a salir de un agujero en el que caí por miedo a caer.
Qué malo es el miedo...
Qué mala en este momento mi valentía, al escribir todo esto.
Qué mala la inocencia, tan malo también el tiempo.
Este tiempo de tormentas y desgana.
Qué malo también el mudo,
en el que la gente ya no se ríe con los payasos.
Qué malo todo...
¡Qué ironía!
Yo aquí, sentada, fumando, tomando té, recordándote tan felizmente, escribiendo sobre las desgracias mundiales, intentando, sin quererlo, abrir paso a mis sentimientos.
Comenzando, sin quererlo también, a temblar.
A sufrir escalofríos,
a sonreír sin parar.

Qué sensación tan extraña, esta de saber que no tienes que hacer algo, y por no poder parar, seguir haciéndolo...

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