martes, 11 de enero de 2011

Atentados Coronados.

Mi corazón ya no tiene edad para este tipo de jueguecitos absurdos y estúpidos.
Y aunque lo haya buscado yo, ya me he cansado, ya no quiero jugar más. Porque si esto se trata de querer solo a ratos y de mil maneras diferentes, prefiero buscarme alguna otra manera que me guste más, aunque no sean las maneras lo que me importa, y ninguna manera me vaya a gustar tanto como me gustas tú, conseguiré que deje de dolerme el corazón .
Porque me duele el corazón.
Lo sabes, ¿Verdad?
Me duele.
Porque ayer lloraste porque mis palabras se volvieron feas, pero yo puse feas mis palabras por lo feo de tu sentir, y hoy lloras porque ella dice que podéis ser amigas, y quizá mañana llores porque se haya cansado todo el mundo, y después sonrías porque un perro te chupa la cara. Y vete a saber.
Todas las noches sueño contigo.
Yo no alterno amores eróticos ni lejanos ni cercanos. Ni los alterno si quiera.
Eres tú quien me hace subir y bajar, y sudar, y decir y callar. Y estoy harta ya.
No me importan las preguntas, ni el trabajo, ni la frustración de las muertes de mis días, tú me has devuelto la vida, pero me la estas matando al mismo tiempo que me la das.
Me matas la vida que tú me regalas...
Y me cansa. Eres como la esperanza.
Me cansas por crear ilusiones de vidas mejores que nunca se cumplirán.

No te exijo nada, no soy quien, nadie lo es.
Solo estoy harta, y no me gusta esto de tanta tontería tonta atentada y tentadora.
No me gusta.
No lo quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario